rammontr
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| | Tema: La Dimensión de Nuestros Males Mar Dic 08, 2009 1:01 pm |
| La dimensión de nuestros males. Me refiero de nuevo al Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA) cuyos resultados para el 2006 se dieron a conocer hace poco. La percepción general para quienes leen la prensa (un porcentaje muy bajo de la población) es que “nos fue mal” en ese examen. Para aquellos con interés en nuestra educación van algunos elementos iluminadores de qué tan mal nos fue. Los datos pueden consultarse en www.pisa.oecd.org.Los exámenes de PISA, como comenté anteriormente, ocurren trianualmente y se aplican en más de 40 países a muestras representativas de entre 3,500 y 40,000 alumnos de 15 años de edad por país. Se trata de una gran muestra de jóvenes de una amplia gama de proveniencias socioeconómicas y culturales, con resultados que tienen un valor importante para planeación educativa en todos los países, pues se refieren a procesos básicos de aprendizaje humano.El examen evalúa la enseñanza y los conocimientos de los estudiantes en ciencia; su interés en la misma y su comprensión del papel de la ciencia en crear oportunidades de avance social y de bienestar; valora qué tanto el entorno educativo propicia la enseñanza de ciencia; y la comprensión de la lectura y el conocimiento de matemáticas.PISA distribuye a los examinados en 7 niveles de conocimiento de la ciencia. El máximo (6) se refiere a estudiantes que identifican, explican y aplican consistentemente conocimientos científicos en una variedad de situaciones complejas de la vida diaria; en los niveles 6, 5 y 4 los países de la OCDE ubican en promedio a 29% de su población examinada (Finlandia y Nueva Zelanda ubican entre 50 y 45% de sus estudiantes en esos niveles); en contraste, sólo 3.5% de los alumnos mexicanos alcanzaron estos tres niveles. Por otro lado, los dos niveles más bajos se refieren a estudiantes con una capacidad y conocimiento científicos tan limitados que sólo los pueden aplicar a unas pocas situaciones bien conocidas o que son incapaces de utilizar los conocimientos científicos para resolver los problemas más fáciles de la prueba PISA. El 40% de los estudiantes mexicanos se distribuyeron en los dos niveles más bajos, cuando el promedio de la OCDE para tales niveles es de 19%. La calificación promedio de los países de la OCDE fue de 500, la de México 90 puntos inferior. Los resultados en comprensión lectora y matemáticas fueron similares.Independientemente del origen socioeconómico de los estudiantes, los resultados sugieren que la preparación en ciencia mejora en relación a unos cuantos factores básicos: el más influyente es la capacidad autónoma de las escuelas para elegir a sus profesores de ciencia y ejercer un presupuesto adecuado; el segundo es una política educativa que basa los estándares de enseñanza en evaluaciones externas; y finalmente el contar con una hora adicional de enseñanza de ciencia en la escuela. Solo uno de estos factores tiene que ver directamente con mayores recursos económicos (que sin duda son importantes) pero que podrían compensarse parcialmente con un uso más eficiente de los mismos y una política de fortalecimiento educativa dirigida a mejorar la calidad de los maestros y a aplicar con consistencia evaluaciones externas del resultado del proceso educativo; pero con evaluaciones que tengan consecuencias: mejorar presupuestos de las escuelas, recibir apoyos en áreas de deficiencias para elevar el nivel educativo de los planteles, ofrecer estímulos económicos y simbólicos al desempeño de los maestros; evaluaciones transparentes y accesibles regularmente a toda la sociedad, en especial a los padres de familia.Nuestra educación está produciendo generaciones de analfabetas funcionales y analfabetas de la ciencia. No pretendo con esto decir que deberíamos tener en cada joven a un científico en potencia, pero sí a ciudadanos capaces de entender su entorno natural, de no vivir en un medioevo de ignorancia que los hace sujetos de fundamentalismos y fanatismos. Y no digamos, incapaces de competir con India y China. No lograremos cambiar esta situación hasta que la educación sea LA prioridad número uno del país y hasta que adoptemos una cultura nacional de evaluación (especialmente en educación) de lo que hacemos y para quienes lo hacemos.José Sarukhán, Investigador del Instituto de Ecología de la UNAM. |
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